Desde hace tres años soy voluntaria en el Ropero que la Fundación Hospitalaria de la Orden de Malta tiene en Madrid, al lado de Plaza de Castilla. Durante este tiempo he conocido a muchas personas que por distintas circunstancias se han quedado sin casa y viven en la calle o va. de albergue en albergue, carecen de lo mínimo y necesitan ayuda hasta que se recuperan un poco y consiguen un trabajo para salir de esa situación.
Les proporcionamos ropa limpia , calzado, productos de aseo, mantas y sacos de dormir.
La ropa que ya no se usa nos la traen a este ropero y aquí la clasificamos por tallas, sexo y temporadas, y así luego cuando estas personas vienen a coger lo que necesitan (a través de una cita) podemos entregárselo de forma organizada entre todos los voluntarios.
Empecé mi voluntariado con la idea de ayudar a los demás, pero han sido ellos los que me han ayudado a mi, he abierto los ojos a lo que pasa a mi alrededor, y el contacto con ellos me ha abierto el corazón.
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