Tres meses siendo dentista en India con la Fundación Vicente Ferrer

Anantapur, Andhra Pradesh, India3 MesesSalud y Bienestar

EN POCAS PALABRAS

Podría resumir mi voluntariado en India con estas palabras; dos meses y medio de dedicación y aprendizaje que no cambiaría por ninguna otra experiencia vivida hasta el momento. Me presento, soy Diana, una chica joven de 26 años, dentista y con muchas inquietudes en la vida. Me encanta viajar y descubrir no sólo lugares, sino momentos y personas. Crecer y formarme por dentro a base de encontrarme en diferentes realidades que no dejan de llevarte al límite de lo que tú eres y de tu propia evolución.  

¿Un voluntariado? ¿Por qué?

En mi caso, era una espinita clavada desde hacía años. Soy plenamente consciente de que en todos los lugares del mundo se necesita gente voluntaria que ayude a la causa que se necesite, sea cual sea esta, y surja donde surja. En mi caso, llevaba haciendo trabajo voluntario (con ciertos parones) desde los 16 años. Ayudando en diferentes proyectos como residencias de ancianos, escuelas con gente inmigrante, centros de integración social y prostitución etc.

Felicidad y sonrisas

Me quedaba colaborar desde mi ámbito profesional (la odontología) y salir un poco a conocer la realidad de un país que como turista no sentía ninguna emoción de visitar, pero con el que sentía una conexión fuerte desde hacía años. India, era mi sueño, la integración en su cultura, en su forma de vida y la ayuda humanitaria durante una temporada.  

Fundación Vicente Ferrer y Dentistas Sin Fronteras (2012)

La Fundación Vicente Ferrer

De la mano de la Fundación Vicente Ferrer, me animé a viajar a Anantapur en octubre del 2016 y colaborar allí en un proyecto para tratar y educar en la salud oral a un grupo de 300 mujeres con discapacidad móvil que tenían muchas dificultades para acudir a cualquier centro hospitalario de la zona.

Fundación Vicente Ferrer

ENRIQUECIMIENTO PERSONAL EN EL DIA A DIA

¡Fue increíble! No puedo negar que también fue duro y cansado a lo largo de los días, quizás no sólo por el trabajo físico que suponía el voluntariado, sino por el esfuerzo mental de intentar entender su forma de pensar y su forma de vivir. Pero, en definitiva, fue una experiencia única, gratificante, enriquecedora y muy divertida que repetiría con los ojos cerrados. Sobre todo, sabiendo ahora ya a lo que me enfrento.

Tuve, además la suerte de encontrarme allí con gente que, como yo, trabajaba de manera voluntaria (en otros ámbitos) y que compartían una misma filosofía. Ellos fueron de gran apoyo durante todo mi camino.

INDIA PARA MI

India para mí ha sido un TODO, una experiencia completa con la que he aprendido, me he superado y sobre todo me ha servido para conocerme mejor. Allí entendí que no hay límites, que hay menos barreras de las que pensamos, que no todo tiene importancia, que nunca nada es tan grave como para no seguir, no reír y no soñar... Sin ninguna duda animo a todos a probar la experiencia de hacer un voluntariado, cambia las gafas con las que vemos el mundo.

Escrito por

Escrito por

Diana Escudero

Ubicación

Anantapur, Andhra Pradesh, India

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