Pandemia, ¿cómo ayudar a la vuelta de la esquina?

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¿Por qué me animé a ayudar?

Durante estos meses nos hemos visto obligados a encerrarnos en nuestras casas sin posibilidad de salir a la calle salvo para cosas realmente necesarias. Como consecuencia de esta parálisis social y económica muchas personas que viven día a día con lo que ganan han visto cómo sus ahorros disminuían hasta el punto de desaparecer y no tener medios para comprar lo más básico para sus familias; comida y productos de higiene.

¿Qué he hecho y dónde?

La Fundación Alberto y Elena Cortina (F.A.Y.E.C.) que suministra de una forma única alimentos y, a veces, productos de higiene a familias que lo necesitan, se vieron desbordados ante la cantidad de nuevas altas de familias que les derivaban desde los Servicios Sociales. Por un lado, el número de nuevas familias que solicitaban la ayuda pasó de ser de un par al mes a 30 diarias y, además, una de las personas que trabaja en la fundación es persona de riesgo y por lo tanto no tenía posibilidad de trabajar.

Desde que comenzó la pandemia yo había estado viendo cómo poder ayudar y pasé de llevar material sanitario en mi moto de casas de particulares a residencias de ancianos a ayudar en una parroquia con compra de fruta y verduras para atender a familias necesitadas a la fundación F.A.Y.E.C. La llamada de ayuda de F.A.Y.E.C. me llegó a través de un conocido que sabiendo que yo estaban volcado durante la pandemia decidió informarme que allí hacía falta MUCHA ayuda.

Mi día a día en la Fundación

Empecé a ir a la fundación el 3 de abril y estuve yendo cada mañana hasta el pasado 23 de junio. En un principio pensaba que con ir un par de días a la semana sería suficiente pero la afluencia de nuevas altas era tan grande que decidí tomármelo como un trabajo de media jornada.

Mi ayuda consistía en lo siguiente: Atender las nuevas altas, explicarles cómo funcionaba la fundación, cómo tenían que proceder en los siguientes meses para recibir la ayuda y atender dudas y nuevas peticiones. Esto último era lo más difícil pues las familias que llamaban pidiendo ayuda tenían que ser derivadas a los servicios sociales para que el asistente social hiciera un informe y, en caso de estimarlo necesario, nos derivase ese caso a nosotros y, dada la cantidad de peticiones que también recibían ellos, a veces tardaban un par de semanas en poder atender el caso. Debido a esto teníamos a familias que nos llamaban casi a diario para preguntar si ya habíamos recibido el informe y contando la difícil situación en la que se encontraban y por los que, por lo general, no podíamos hacer nada.

Una parte muy positiva cuando llamabas a una familia con mucha necesidad para informarles que ya podían ir a la fundación a recibir la ayuda y al otro lado del teléfono se escuchaba a una persona que suspiraba aliviada sabiendo que, al menos durante un tiempo, la preocupación de darle de comer a su familia ibaa ser resuelta.

¿Qué más hemos hecho?

Tras unos meses ayudando y contándole a amigos y familiares lo que estaba haciendo muchos sentían ganas de ayudar o colaborar de alguna forma por lo que decidimos organizar una recolecta de dinero entre todos para hacer una gran compra de productos que considerábamos necesarios; productos de higiene femenina, productos de bebés, carne fresca... etcétera. La recaudación fue todo un éxito y conseguimos recaudar más de 7.000 € que gastamos en varias compras destinados a 3 centros difentes, F.A.Y.E.C., La parroquia de San Ignacio de Cáritas y el Cottolengo del Padre Alegre. Montamos un video final con el resultado para agradecer a todas las personas que habían colaborado y de alguna forma hacerles partícipes en primera persona de los resultados. Si quieres, puedes ver el video:

Video de compra solidaria

Conclusión final

En resumen, han sido unos meses muy intensos y muy especiales en los que me he enfrentado a una realidad muy cruda de esta pandemia que no sale tanto en los medios como debería.

Creo firmemente que hay mucha gente maravillosa dispuesta a ayudar dentro de sus capacidades y posibilidades y que con un pequeño empujón podría llegar de una forma directa y real a los que peor los están pasando.

Desde aquí animo a todo aquel lector que tenga inquietud que pregunte en la parroquia más cercana, en el banco de alimentos más cercano o en cualquier fundación/asociación que conozco qué puede hacer para aportar su granito de arena.

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jacobo.ureta

Ubicación

Madrid, Madrid, España

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