Mi evolución como persona gracias al Síndrome de Down

Muchas son las historias con las que podría hablar acerca de mi experiencia en Down Madrid, como, por ejemplo, la primera vez que acudí a un evento de la asociación. Estaba un poco nervioso ya que mi objetivo como voluntario era estar con aproximadamente 10 chicos de 15 años, los cuales tenía que acompañar una vez por semana a distintas actividades como karaoke. Además, me preocupaba cómo podría ser el viajar en transporte público con ellos ya que no quería que hubiese ningún tipo de percance. Nada más lejos de la realidad. El primer evento al que acudí lo primero que recibí fue un abrazo de Cris, dándome la bienvenida, seguido del abrazo de los otros 9 chicos. Hasta aquel entonces, pensaba que era yo el que les iba a cuidar y enseñar, pero, en realidad, eran ellos los que me enseñaron y cuidaron a mí.

Lo que más me marcó fue su honestidad, su forma de expresar de una clara y profunda forma sus sentimientos y sobre todo, siempre recibir a todo el mundo con una enorme sonrisa y cariño.

Me gustaría destacar una historia que pude vivir con ellos durante el Covid-19. Debido a la pandemia, todas las actividades presenciales tuvieron que ser canceladas. Añadido a esta situación, generalmente los chicos con los que realizaba estas actividades no disponían de móvil u otro medio de comunicación. Todo ello hacía que no tuvieran forma de comunicarse entre ellos y de poder estar conectados.

Es por ello por lo que decidí lanzar una serie de sesiones online con ellos durante el verano en las cuales pudiéramos recrear de la mejor forma posible las actividades que realizábamos de forma presencial. Para ello, lo primero que hice fue alinearme con la asociación en la forma en la que querían que me dirigiera a los padres de los chicos. Una vez alineado, mandé un mail a todos para saber cuántas personas podrían participar. Para mí era muy importante que disfrutaran lo máximo posible. Dediqué una gran cantidad de tiempo a realizar research acerca de que actividades podríamos hacer, como karaoke, enseñar lo más interesante que hubiéramos hecho durante la semana o simplemente hablar para ver que tal estábamos.

Durante dos meses pudimos realizar semanalmente estas sesiones. Sin duda, lo mejor de todo era poder ver las caras de felicidad de todos ellos y como disfrutaban al poder normalizar de una mejor forma la dura situación que todos estábamos viviendo en aquellos días. Recuerdo por ejemplo una sesión en la que cada uno de nosotros mostró el objeto más importante para nosotros. Rodri enseñó su guitarra y todos nos pusimos a cantar y a reír.

Fue una experiencia maravillosa la cual nos hizo a todos sentirnos más felices y realizados. Sin lugar a duda es la experiencia de la que me siento más orgulloso. Sobre todo me quedo con la continuación de estas actividades de la asociación y la expansión del programa a más voluntarios.