Introducción
En el verano de 2008 colaboré con la ONG BASIDA, que se encarga de cuidar enfermos de SIDA y personas con problemas de drogodependencia.
Al llegar a la casa, te dan un curso de cómo tratar con personas que sufren la enfermedad, la diferencia entre VIH y SIDA e incluso cómo prevenir la enfermedad y sobre todo prevención para los días que vas a vivir allí.
Durante la experiencia hay diferentes cosas a hacer: tareas de limpieza, cocina, obras... En todas ellas, estas acompañando a gente que vive allí y dando apoyo. Pero también hay otra experiencia que es el cuidado de las personas más enfermas, a las que hay que cambiar, lavar, dar de comer, etc. Ésta quizás es la parte más dura, pero más gratificante al mismo tiempo.
En definitiva, son una pequeña gran familia en la que te integras muy bien y que te hace ver lo desfavorecido que está el colectivo de enfermos de VIH/SIDA.
Experiencia Personal
En el voluntariado en BASIDA, básicamente te dedicas a llevar el ritmo de la casa, ayudando dónde se necesite. Hay una reunión semanal en la que se decide en que zonas de la casa vas a hacer apoyo durante esa semana.
En mi primera semana en la casa, estuve ayudando en el huerto y recogiendo/ordenando un almacén, además ayudando a preparar la piscina (la depuradora, el agua...) En esos ratos compartes la actividad con personas que viven en la casa, y durante la misma, ellos van compartiendo sus experiencias, que muchas veces te hacen darte cuenta que en cualquier momento, por cualquier error, la vida te puede cambiar de la noche al día. Al final, muchas veces, lo que necesitan los enfermos que pueden llevar una vida normal es ser escuchados, porque durante su vida han sido marginados y rechazados por el resto de la sociedad.
Durante las tardes, nos dedicábamos a hacer juegos en la piscina con los enfermos, desde los que podían saltar y nadar, los que iban en silla de ruedas, a los que se metían en la piscina mediante una máquina que les ayudaba en la labor. Eran sin duda los que más disfrutaban del agua y el aire libre!
La segunda semana estuve ayudando a los enfermos con mayores dificultades. Aquí te dedicas a cuidar de ellos en absolutamente todo. Ducharles, cambiarles, ponerles en la silla de ruedas para darles un paseo, darles de comer... Esta parte del voluntariado es muy bonita, pero no creo que sea recomendable para todo el mundo, porque es, para mi gusto, bastante dura también.
El cariño que coges a la gente y que te cogen es inmediato. Ellos están deseando conocer gente, porque allí viven aislados del exterior y necesitan ese contacto extra. Es una experiencia muy rica si vas sin prejuicios, con la mente muy abierta y el corazón dispuesto.
Preguntas (0)
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