¿Cómo conocí New York Cares?
En 2017, tuve la oportunidad de trabajar en el Consulado de España en Nueva York durante tres meses. Durante los primeros quince días estuve adaptándome a la ciudad conociendo cada uno de sus rincones y su gente. Sobre el 15 de julio paseando por Central Park una serie de personas llamaron mi atención dado que era un grupo grande con camisetas super chulas con el nombre de New York Cares. Ese mismo día empecé a indagar en la página web oficial y no dudé ni un minuto en registrarme como voluntaria. Seguidamente me apunté a la sesión de orientación online y una vez realizada ya estaba lista para elegir mi primer proyecto.
¿Cuál fue mi primer proyecto en New York Cares?
Ante la amplia gama de actividades estaba indecisa sobre qué actividad escoger dado que ofrecen desde actividades para educar a niños, adolescentes y adultos; servir a las personas afectadas por el hambre y ayuda para la construcción de hogares, mejorar la salud y el bienestar de los ancianos y otros grupos vulnerables y el cuidado de parques públicos, jardines comunitarios y otros espacios verdes. Sin embargo, yo tenía claro que quería vivir la experiencia junto al grupo de Achiller Track Club dado que fueron los que captaron mi atención desde el primer momento.
¿Qué actividades se pueden hacer con el grupo de Achiller Track Club?
Durante los próximos fines de semana me comprometí a ser voluntaria en los entrenos por Central Park con personas discapacidad y de reducida movilidad. Este grupo estaba conformado por personas con muchas ganas de compartir tiempo con los voluntarios y de vivir nuevas experiencias. Además, este club se prepara para otras carreras fuera de la ciudad y la maratón de Boston, así como entrenamientos de natación, triatlón y programas de ciclismo.
¿Sensaciones, emociones, lecciones?
Sinceramente pasar mis mañanas con todas estas personas era un cúmulo de emociones y sensaciones que son difíciles de explicar con palabras. Quizás escuchando la canción de Dani Martín "Tal Como Eres" os pueda trasladar alguno de esas sensaciones. La verdad que el agradecimiento y el cariño de cada uno de ellos fue tan enriquecedor a nivel personal que me animé a colaborar en otra serie de actividades hasta el final de mi estancia en Nueva York.
Las personas que me conocen saben que por circunstancias de la vida he tenido la oportunidad de tener en mi entorno a una persona esencial en mi vida la cual es discapacitada. En los momentos más difíciles, siempre me acuerdo de todos los guerrer@s que luchaban día tras día y la capacidad de correr sin rendirse hasta llegar a la meta.
Foto oficial de la página de New York Cares
¿Cuál ha sido la experiencia que sin duda ha marcado mi corazón?
Los miércoles de cada semana dedicaba mis tardes a hacer voluntariados en la residencia New Jewish Home. El equipo de voluntarios al que yo pertenecía estaba enfocado en realizar actividades muy divertidas como por ejemplo: jugar al bingo, contar chistes, bailar, sesiones de belleza (maquillaje y manicura), grupos de escritura creativa (cuentos cortos y poemas) junto a muchas otras actividades. Cuando llegábamos al centro, las enfermeras y otros voluntarios nos traían a todas las personas que querían pasar un tiempo agradable con nosotros y tras las actividades los ancianos volvían a sus habitaciones a descansar o se quedaban en la terraza a charlar entre ellos.
¿Qué destacaría de esta experiencia? ¿Qué me impactó?
Claramente la ilusión y la dedicación de los voluntarios así como la pasión por los ancianos dado que para muchos era su único momento de la semana donde alguien les venia a visitar. Muchas familias no tenían tiempo de visitar semanalmente a sus familiares y otras se mostraban más despreocupadas abandonando a estas personas tan espectaculares. Me impactaba cómo podían descuidar a estas personas tan interesantes, sociales y con un experiencia increíble en diferentes aspectos de la vida. Sinceramente, tuve muchos momentos de reflexión durante estos meses relacionado con la falta de atención y el trato de las relaciones personales hacia los seniors/ancianos, pero comprendí que gracias a esta serie de voluntariados las personas tienen una oportunidad brillante para aportar su granito de arena.
Loretta, el motivo principal por el que empecé a ir todos los días a New Jewish Home
¿Por qué fue tan importante esta experiencia?
En esta residencia conocí a una persona amarilla como siempre dice uno de mis autores favoritos, Albert Espinosa. Para que lo entendáis, estas personas son aquellas que no son tus amigos, ni pareja, ni amante, ni siquiera tus conocido, sino son personas que se cruzan en tu vida y que se una manera u otra la marca para siempre. Loretta es una persona encantadora que transmite mucha energía positiva, generosa y bondosa. ¡Lo que más me impactó es que tenía muchas inquietudes!
Después de las actividades, iba a su habitación a buscarla y me quedaba un par de horas disfrutando con ella. Descrubrí que con muy pequeños gestos la podía hacer muy feliz. En cada visita le llevaba algún regalo ya sea un plato de comida rica, snacks, flores, accesorios de belleza, etc. Esa sonrisa, la recuerdo y me emociono. ¡Qué mujer tan especial! Durante todo el mes nos contamos muchas historias personales y todas tenían una enseñanza.
Dado mi inmenso cariño le escribí una carta muy breve al finalizar mi experiencia en Nueva York y al día siguiente ya lo tenía colgada en su corcho junto a nuestra foto preferida.
Estoy muy agradecida a Dios por haber vivido esta gran experiencia en Nueva York y darme la oportunidad de encontrar a una de mis "personas amarillas"
Carta de Sheri a Loretta (2017,NY)
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