Algo más que un café

“Ola de Frío”

Las 22:30 era la hora de la cita y el lugar el Centro de Acogida Princesa Letizia. El centro, un edificio moderno y cercano al puerto, pertenece al ayuntamiento de Santander y está especializado en la atención a personas sin hogar a través de actividad asistencial en prevención, atención, promoción e inserción social. Allí nos encontrábamos un voluntario, un par de trabajadores del centro y en algunas ocasiones alguna persona que tenía que prestar servicios a la comunidad. El servicio se llamaba “Ola de Frío” y nuestro objetivo era repartir un poco de abrigo, bebida caliente y un poco de comer para aquellas personas que, por uno u otro motivo y con cierta mala suerte, han acabado en la calle.

Noche de reparto y experiencia

Una vez en el centro preparábamos el reparto y la ruta de la noche. Llenábamos unos termos con café y otros con leche, cogíamos algunas cajas de galletas o similares y algunas mantas y lo cargábamos en la furgoneta. Durante las siguientes 3-4 horas íbamos recorriendo Santander buscando a las personas sin hogar para ofrecerles algo de comida, bebida y, si era necesario, algo de abrigo. Era una tarea sencilla, pero a la vez, enormemente enriquecedora y gratificante. Una experiencia extraordinaria que me permitió conocer a mucha gente muy agradecida y hacer fantásticos compañeros y amigos. Fuimos allí para ayudar a personas que lo podían necesitar y vimos cómo a la vez se ayudaban entre ellos, e incluso en más de una ocasión nos ayudaban ellos a nosotros.

Calor humano

Esta fue una forma extraordinaria de conocer un poco a un colectivo desfavorecido y estigmatizado en el que hay hombres, mujeres, mayores y no tan mayores. Siempre encantados de que alguien les ofrezca un poco de cariño sin juzgarles. En la calle, solos y con frío, agradecían más la visita que el café, que alguien reparase aunque fuese durante 10 minutos en ellos. Porque aunque cargábamos nuestra furgoneta con café, alimento y abrigo, lo que realmente repartíamos era calor humano.