La motivación y un deseo hecho realidad
Desde muy joven siempre quise tener una experiencia de voluntariado en el extranjero. Unos años más tarde y tres viajes a Latino América después, me reafirmaron no solo la idea, sino el destino ideal para mi experiencia de voluntariado. Agosto de 2019 fueron el mes y año escogidos. Pero yo no quería un voluntariado cualquiera, quería un voluntariado en el que mientras ayudase a los demás, construyese algo que dejase mi huella para siempre. Después de un súper research por la red en busca de oportunidades que se adaptasen a lo que quería, di con la tecla. Profesionalmente me dedico al Marketing y desarrollo de negocio en una gran multinacional y eso es precisamente lo que buscaba. Irme a enseñar marketing para potenciar pequeños negocios en zonas desfavorecidas.

Escala en el aeropuerto de Bogotá...¡ya casi llegamos!
La mano amiga
Por suerte tropecé con Fundación Ecuador Volunteer y Francisco Pastor, su presidente. Le conté mi idea de dar formación y talleres y me ayudó con la mejor de sus voluntades. Juntos encontramos un proyecto que se ajustara tanto a lo que yo quería hacer, como a los días que tenía disponibles para ello. que eran justo 2 semanas. Y así fue como la casualidad me llevó hasta Yunguilla.
Rumbo a Yunguilla...¡despegamos!
Tan breve pero tan intenso a la vez. El día 5 de agosto de 2019 puse rumbo a Quito, para ir posteriormente a la Comunidad Yunguilla, en las alturas del Bosque Nublado situado en la parroquia de Calacalí. Yunguilla es una Comunidad de familias que entre todos suman unas 200-220 personas y tienen un estilo de vida y formas de entender y convivir con la naturaleza muy particulares. Principalmente viven del Turismo Comunitario, debido a la gran biodiversidad que les rodea y los bonitos paisajes/rutas que se pueden hacer por los alrededores.

Vecina de Yunguilla trabajando en el huerto orgánico de la Comunidad, cuya cosecha se destina íntegramente a la elaboración y disfrute de los platos cocinados en el Restaurante Mirador.
Pero no solo eso. Además, han conseguido que todas las mujeres de la Comunidad se sientan parte del proyecto debido a varios emprendimientos; entre ellos: una fábrica de mermeladas artesanales, un restaurante mirador y una fábrica de quesos, cuyos productos son vendidos en una pequeña tienda de la Comunidad así como en los pueblos colindantes. Su filosofía es aquella de: "aquí todo es todos y todo se comparte". Y así son muy felices.

Mermeladas artesanales elaboradas por las mujeres de la Comunidad. En la etiqueta aparece Doña Olimpia, una señora muy querida y conocida en la Comunidad, cuando era joven y salían a recolectar la fruta. La más famosas son las de "uvilla" y "chigualcán". Éste último solo crece en las alturas del Bosque Nublado, lo que lo hace aún más especial.

Quesos artesanales elaborados con leche de vaca que forman parte del ganado de cada familia, la cual se recoge fresca cada mañana. Son elaborados y envasados en un pequeño taller regentado también por mujeres de la Comunidad.
A parte de todo esto cada familia tiene su ganado, sus casas y sus huertos orgánicos. Viven muy conectados con la naturaleza y muy conscientes del cuidado y conservación de la misma. De esto han hecho su forma de vida, dejando maravillado a todo aquel que los visita e intentando hacer de éste, un mundo un poquito más sostenible.
La experiencia
En cuanto a mi voluntariado y qué fui a hacer allí, fue principalmente darles un espacio en el mundo 2.0. La presencia que tenían era casi nula y estaban muy desfasados en el manejo de las principales herramientas para promocionarse, darse a conocer e incluso llegar a vender en Internet.

2º taller de Formación sobre el Manejo de RRSS en la Comunidad así como creación de contenidos básicos y compresión de principales métricas. Taller impartido a los responsables de la Comunidad.
Durante dos semanas me encargué de dar varios talleres de formación para la gente de la comunidad, principalmente para los miembros de la organización en materia de Redes Sociales, nociones básicas sobre marketing y ventas así como desarrollo y mejora de imagen de marca/ posicionamiento consiguiendo de esta forma un mejor desarrollo y mejora de la página web de la Comunidad. Aparte de todo esto, pude participar también mientras lo documentaba de primera mano, en la elaboración de quesos y mermeladas así como en la cocina del Restaurante Mirador como ayudante.

Almuerzo después de un día de trabajo en el Restaurante Mirador, acompañando a todo el equipo de cocina y camareros.
Incluso asistimos a una ruta por los Culuncos con unas profesoras de la Universidad de Carolina del Norte, las cuales estaban muy interesadas en el proyecto de la Comunidad para traer a sus alumnos el próximo año con el objetivo de conocer esa forma de vida y los valores tan importantes que transmite. Fue increíble ver cómo se manejaban con el inglés y la naturalidad y orgullo con la que explicaban qué era Yunguilla y por qué tenían que considerar su Comunidad para ese proyecto. Después de unos días de ruta, buena comida e incluso alguna que otra fiesta de despedida con músicas típicas de la Comunidad en directo, finalmente aceptaron :) .

Paseo por Ruta de los Culuncos (caminos ancestrales utilizados como rutas comerciales antes de la llegada de los Incas) junto al personal de la Universidad de Carolina del Norte que visitó la Comunidad.
También pudimos contar todo lo que estábamos haciendo a un par de periódicos de Quito que vinieron a grabar un reportaje documentando el estilo de vida, la flora y fauna de Yunguilla para darla a conocer como atractivo turístico cerca de la capital, Quito.

Galindo Parra, responsable de Operaciones y Comercialización de Turismo de la Comunidad de Yunguilla explicando al diario quiteño "La Hora" las variedad de especies únicas que se cultivan en el huerto orgánico.
La satisfacción y recompensa personal
El resultado de todo esto fue que finalmente gracias a la mejora y actualización de las redes sociales y contenidos de la página web, el engagement aumentó, mucha más gente comenzó a preguntar por Yunguilla y por ende también lo hicieron las ventas de tours y alquileres de casas en la Comunidad a modo de vacaciones. Fue una experiencia increíble y súper gratificante. A día de hoy sigo manteniendo contacto con ellos y hablamos casi todos los meses. Sin duda es una experiencia que te cambia muchísimo y te hace valorar todo lo que tenemos y que con frecuencia, se nos olvida. Definitivamente Yunguilla no es solo un lugar que recomiendo por su belleza, sino también por su gente y el cariño con el que acogen a cualquier persona que va a visitarles desde el minuto uno, haciéndote sentir como en casa.

Con Don Guillermo y Doña Olimpia, familia Collaguazo, el día que me marché de Yunguilla. Una de las familias más longevas y con más tradición de generación en generación de la Comunidad. Don Guillermo fue uno de los fundadores de la Asamblea de la Comunidad y precursores de la base sobre la que es construyó el nuevo modelo de supervivencia de las familias. Ellos fueron mi familia de acogida durante mi estancia en Yunguilla.
Sin duda alguna, volveré. Recomiendo muchísimo a todo aquel que esté pensando en realizar una experiencia de voluntariado que se "tire a la piscina" sin dudarlo. Nunca vas a perder sino todo lo contrario. Hay un mundo de posibilidades ahí fuera y mucha gente que necesita de nuestra ayuda, donde con un simple gesto que para nosotros puede ser algo normal, puedes conseguir cosas increíbles.
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